miércoles, 1 de enero de 2014

Un año de libros






2013 ha sido un año flojo. No he llegado ni a la treintena de libros. Culpa de esos tres meses enfermo y un verano un poco desganado todavía para tomar un ritmo adecuado.

Encabezo con mi libro favorito de este año. Una novela histórica sobre Thomas Cromwell. El viejo y menos conocido, muy plebeyo servidor de Enrique Tudor y uno de los artífices de la reforma anglicana en Inglaterra. Tío abuelo del Lord Protector que instaurará la primera república británica y la primera dictadura moderna de Europa. Estilísticamente es una novela muy singular, excepcionalmente escrita, y dibuja a Cromwell como una persona repulsiva a la par que fascinante. Inteligente y sarcástico. Sus intercambios con Wolsey son geniales. Muchas ganas de que salga el segundo en tapa blanda.

Casi la mitad de las lecturas ha sido historia académica, así que por ese lado estoy muy satisfecho. He leído cosas que no son de medieval, lo cual está muy bien. El más rompedor seguramente fuera Fiefs and Vassals de Susan Reynolds. El más redondo, seguramente, Lust for Liberty: the Politics of Social Revolt in Medieval Europe 1200-1425. Los dos de Hobsbwan sobre los años que van de 1848 a 1914 muy interesantes, especialmente por centrarse mucho menos en la historia institucional y mucho más en el profundo cambio que fueron las dos revoluciones industriales.

Una de las grandes pegas es que este año he tocado muy poca ciencia ficción: solamente uno que tiene parte de ciencia ficción y parte de fantasía (Heroes Die) y Star Wars, que nunca lo contaré como ciencia ficción. Eso hay que mejorarlo, porque tengo un buen fondo pendiente de lectura. Por otro lado, me va mucho más la Space Opera que la ciencia ficción dura, así que no iré a nada demasiado especulativo, en cualquier caso.

Como siempre, me quedan lecturas de clásicos. Nunca encuentro el momento de leer Los tres mosqueteros, ni Oliver Twist ni La Ilíada completa de una vez. Al menos he leído un romance artúrico medieval y una novela de caballería de Umberto Eco por salir un poco del rollo de la épica moderna. También hay que decir que, fuera de lo histórico, tampoco me interesan demasiado los clásicos literarios.

Eso sí, quiero celebrar que este año he leído bastantes más novelas de mujeres que el año pasado y han sido el 40% si quitamos los libros de historia, y casi un tercio contándolos. Así que eso es una gran mejora respecto al año pasado, donde, vergonzosamente, solamente había dos.

Finalmente, este año espero comenzarlo terminando una novela de Eberron y, a ver si me apetece, con una nueva novela de Bujold ambientada en Chalion. Después seguramente toque algo de historia medieval. Más allá, ni puta idea, porque yo leo según apetencias momentáneas. Y eso hace que tenga a medias muchos libros que voy retomando según me apetece...

PD: soy consciente de la hipocresía de hacer un balance cuando digo que no entiendo la gilipollez de celebrar el año y esas cosas. La hipocresía mola.

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