lunes, 13 de enero de 2014

Artesia: fantasía pagana






Como curiosidad previa, Artesia es el nombre en latín del antiguo condado de Artois, actualmente en la frontera francesa con Bélgica, con ciudades como Arras, Calais o Saint-Omar. Artois es el condado que funciona un poco como eje narrativo de Los reyes malditos, por ser objeto de los deseos de uno de los personajes principales, Robert de Artois. Una serie también muy recomendable.

En cualquier caso, pasando a lo relevante de esta entrada, Artesia es una novela gráfica de fantasía épica. Bueno, más de una novela gráfica. Por el momento, en orden: Artesia, Artesia Afield, Artesia Afire y Artesia Besieged. El autor, Mark Smylie, dice que su historia, la de Artesia, se compone de 22 libros como estos cuatro. Dice que, sea como sea, habrá 7 libros. No sé cómo avanza, pero hace ya un tiempo que no publica nada. 

Se ambienta, como se puede observar, en un mundo pseudo-medieval. Pero nada corriente. No es fantasía genérica, ni mucho menos. Si tuviera que describir este mundo en un par de frases, diría que se trata de un mundo donde una mezcla de paganismo mediterráneo y de inspiración céltica sobreviven hasta la Baja Edad Media. Podría verse como una especulación sobre el desarrollo de culturas mediterráneas en el medievo, con algún toque de Europa del Este (y las highlands escocesas para Daradja).

Pero lo más fascinante de este mundo es el aspecto mágico-religioso. Si tuviera que compararlo con algún otro mundo secundario (o, como decía Tolkien, subcreación), sería con la Tierra Media. Comparten ese aspecto de subcreación mítica que tanto fascinaba gustaba a Tolkien, donde el autor está haciendo su propia pequeña creación igual que los Ainur están creando Arda. ¿Qué hace especial a este mundo? Esencialmente, que las religiones de este mundo son ciertas. Tanto la religión greco-céltica que ha ido muriendo en los Reinos Medios como la monólatra iglesia del Divine King (Sun Court), de inspiración cristiana, tienen poder y tienen deidades y entes divinos que se manifiestan tranquilamente. Es un mundo donde lo mítico es real y el sentido místico está entrelazado con el mundo natural.

Más allá, la magia de este mundo es, como la magia histórica, algo inseparable de la religión. Invocaciones divinas, dones de las deidades, encantamientos y maldiciones forman un contínuo que traspasa las divisiones artificiales entre lo arcano y lo divino de los juegos de rol (de mesa o virtuales) y demasiada fantasía moderna. Tener poder espiritual es algo válido tanto para la religión como la magia. Curiosamente, Mark también se encargó de crear un juego de rol de Artesia y creó un sistema que refleja este dualismo natural maravillosamente.

Artesia es el personaje central de las novelas gráficas. Descrita como una Juana de Arco pagana, es una bruja y mercenaria que tiene que sobrevivir en un mundo hostil. Lidera una compañía mercenaria en la siempre violenta y fragmentada Daradja y es una de las sacerdotisas de la multifacética diosa central de la antigua religión, Yhera. Siempre es interesante tener personajes centrales femeninos y ésta no se anda con tonterías: no da cuartel, no lo pide, y se dedica en alma a la guerra que venera especialmente.

Artesia ejemplifica la esencia de la serie: la unión de magia y religión en un mundo violento, sangriento, con muy pocos escrúpulos y lleno de intrigas, traiciones, relaciones políticas y relaciones sexuales (hay mucho, pero mucho, sexo grupal). Es interesante lo poco que busca justificar las acciones inmorales que pueda hacer Artesia. No es que haga muchas, es una anti-heroína bastante ligera (no es un Sandor Clegane, por ejemplo). Pero, cuando actúa con violencia o crueldad, tampoco busca relativizarlo.

Por otro lado, existe un subtexto muy claro en que ella está en lo correcto y sus oponentes, especialmente aquellos que sirven más fervorosamente al Divine King, son el problema y más inmorales y traicioneros. Temáticamente, esto bebe bastante del relato neopagano de las maldades del cristianismo. Como es un mundo ficticio y no un argumento histórico, no deja de ser una premisa como cualquier otra que no me molesta, aunque un tanto irritante en algún tramo.

Estilísticamente, el arte es bello, pero tiene un problema bastante grave: Mark Smylie solamente tiene una cara para hombres y una para mujeres. Te cambiará el bello facial y el peinado, pero todos y todas comparten un mismo rostro con ligeras variaciones. Me cuesta horrores diferenciar a los personajes, la verdad. Hay que fijarse en los detalles para identificarlos.

En conclusión, considero que es tremendamente recomendable. Es fantasía muy cruda al estilo siglo XXI, pero que se anticipó al boom de este estilo a comienzos de este siglo (el primer tomo se publicó en 1999). Es un mundo fascinante, lleno de espiritualidad y ocultismo. Es un mundo que tiene personalidad. Y creo que la personalidad en un género muchas veces demasiado genérico necesita que se le dé una oportunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario