viernes, 6 de diciembre de 2013

No por rellenar mapas sabes geografía




Uno de los grandes tópicos sobre la geografía en las aulas es que a alguien se le daba mal o bien según su aptitud para memorizar países, capitales, accidentes geográficos y ponerlos en un mapa mudo. Nadie parece recordar que había todo un curso (según el centro hasta dos cursos más en la ESO) adicional donde lo de los mapas, por lo general, no volvían a aparecer para demostrar la capacidad de memorización. Tampoco es que aparecieran tanto en el primer curso.

El primer problema de esta idea es que, como es habitual en nuestra educación, confunde aprender con memorizar y vomitar en el examen. Nadie debería sentirse mal por no recordar capitales o ríos si no es algo que utiliza regularmente. ¿Por qué malgastar procesos cerebrales en una chorrada que no te sirve en tu vida? Por eso se olvida. Y, por tanto, no se ha aprendido. Si se quisiera que estas cosas se aprendieran, se deberían trabajar regularmente, de manera que se vaya edificando el conocimiento sobre una base sencilla inicial. Tener que meterte dos centenares de estados y sus capitales en la cabeza para descargarlo todo en un mapa el día del examen no favorece que eso vaya a quedarse ahí si no lo trabajas nunca más.

¿Queremos que se quede, por otro lado? Igual que la obsesión por memorizar listas de hechos, fechas y nombres históricos, memorizar todo esto sirve para poco más que para hacerlo muy bien en el Trivial. Todo esto no porque trabajar la memoria no sea algo bueno, sino porque se puede trabajar la memoria mientras se aprende algo. Es más: como todas las trivialidades que memorizar en historia, son lo menos interesante que se hace en la asignatura de Sociales de la ESO.

Y es ése el más grande de los problemas: reducir la Geografía a trivialidades memorísticas cuando es una ciencia social que, como todas las otras ciencias sociales, estudia la sociedad humana desde una perspectiva concreta. En este caso, las relaciones con el medio. El estudio del medio también le corresponde a la Geografía en su variante de Geografía física, claro. Podemos tocar economía, sociología, política...

Trabajar mapas es importante, desde luego. Pero más que rellenarlos uno mismo, lo que realmente importa para el desarrollo de una persona es saber leerlos e interpretarlos. Saber usarlos para orientarse (algo que hacemos en 1º y nunca más se repite), para recabar la información que se necesita, para entender X lugar, para entender la información que te transmite una noticia o libro. Son cosas que, en la vida académica de una persona, no digo ya en la vida diaria, resultarán necesarias.

Por supuesto, en mi mente la educación no es simplemente transmitir conocimientos o habilidades, es utilizar las diferentes materias para que el alumnado aprenda a desenvolverse en el mundo adulto, sea con habilidades prácticas diarias como poder calcular un descuento o habilidades académicas como leer un texto y saber interpretarlo más allá de la información más directa. Es acumular capital cultural que permita al alumnado desarrollarse plenamente cuando decida su futuro y pueda hacerlo efectivo con aquello que aprendió.

Mucho más abstracto, claro, que el currículum actual y sé que nunca será real. Pero soñar es gratis.

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