lunes, 23 de diciembre de 2013

Cuando el progreso no es lineal


Esta foto corresponde a Kabul en 1972, estudiantes femeninas caminando libremente, enseñando piernas. En Foreign Policy hicieron una galería de fotos correspondientes a los 60-70 en Pakistán que mostraba esto mismo.

Existe en la sociedad occidental una idea muy errónea sobre la historia. Los avances (que nosotros consideramos como tales) van llegando según una progresión lineal de las luchas sociales y civiles. Eso que resume la expresión "estamos en el siglo XXI" o "que todavía pase esto en 2013" ante integrismo religioso, machismo u otras injusticias de carácter más civil que socioeconómico. O cuando el PP hace alguna de sus contrarreformas, nos llevan a "200 años atrás". O eso de pretender que en Afganistán viven en la Edad Media por el tema integrista (el Islam medieval no tiene nada que ver con los talibanes, pero no esperemos rigor) y la ruina política que es el estado afgano.

No es una idea nueva. La idea del progreso nace en en la Ilustración y se consolida en el siglo XIX. El positivismo de Proudhon, por ejemplo, bebe esencialmente del progresismo que impregna la ideología liberal burguesa, incluso entre lo más moderado y conservador del liberalismo. Cuando aparecen las ideologías reaccionarias en las antípodas del liberalismo a finales del XIX (los nacional socialismos y primeros antecedentes del fascismo), lo hacen en parte también como respuesta a una percepción de que el progreso no es tal, si bien esta idea ganará más fuerza tras la Primera Guerra Mundial. Nacen del modernismo y su acción humana que debe forzar el cambio, ni que sea de forma violenta (de donde también vendrá el carácter social más amplio del fascismo).

También el marxismo es profundamente positivista en este aspecto. Marx repasa la evolución humana en las diferentes fases de las relaciones de producción (esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo) en un sentido de claro progreso. Incluso termina, como lo hace el neoliberalismo postmoderno después, en un "fin de la historia" una vez lograda la revolución y el comunismo.

Pero el progreso no es lineal, ni siempre es siquiera progreso. Hablando del progreso social, claro. El progreso técnico es incuestionable, puesto que nace de la acumulación de capital científico, que, a su vez, crea nuevas posibilidades tecnológicas constantemente. En este sentido, antes de la supuesta Singularidad del transhumanismo podríamos ver diversas singularidades históricas en el desarrollo de la escritura o la imprenta para entender el progreso tecnológico y sus aceleraciones (también instituciones académicas tienen un papel muy relevante en ello).

El caso de Afganistán no es que sea un caso de derechos plenos recortados después, porque nunca llegó a imponerse la emancipación femenina. Pero sí hubo, durante buena parte del siglo XX, numerosos intentos de occidentalizar el país. Tanto la monarquía (incidentalmente, la reina Soraya fue una de las grandes activistas de la causa femenina) como las dos repúblicas, especialmente la soviética, lo intentaron sin éxitos aplastantes. Aun así, lograron que se vieran mujeres estudiantes que vestían como occidentales y podían desempeñar profesiones de prestigio libremente... aunque siempre fueron una minoría. La llegada de los talibanes lo destruyó, claro.

Podríamos querer ver un reflejo en las Primaveras Árabes, pero hay dos problemas con ello: todavía están en sus procesos revolucionarios (de consolidación o de contrarrevolución) y es imposible hacer este análisis en el corto plazo por la naturaleza de la inestabilidad de estos años, son tendencias que veremos imponerse o volver a cambiar cuando la política cambie de sentido si siguen en crisis y el islamismo no tiene respuesta. 

Pero es interesante pensar en el islamismo político y cómo su apoyo se podría explicar como la reacción a los regímenes seculares que han gobernado el mundo árabe desde la descolonización. Es curioso que falle la política liberal, pero la población tenga fuertes componentes liberales que claman por democracias occidentales. De ahí que me pregunte si, especialmente en Túnez y Libia, cuando los islamistas no puedan solucionar los reclamos de soluciones a la crisis social de sus estados, veremos una nueva fuerza en los partidos de corte secular con influencia occidental.

En cualquier caso, el progreso social es una ilusión fruto de la Ilustración y la particular historia del XIX europeo. Antes, el paso de la Edad Media a la Edad Moderna supuso una pérdida de libertades general y la creación de estados mucho más represivos que sus antecesores medievales (probablemente por simple cuestión de capacidad de proyectar el poder de las monarquías). El siglo XIX generó muchas desigualdades, entre clases y entre géneros, que antes no habrían sido posibles. Las sociedades de las últimas décadas del siglo XX se han caracterizado por el aumento las desigualdades hasta niveles no vistos en décadas.

La historia no "avanza", se desenvuelve. No hay un destino manifiesto donde está el comunismo, como no hay un fin de la historia neoliberal. Que existan mejores en las condiciones de vida o en la organización política de las sociedades provendrá de sus actores y actrices, sus voluntades, sus interacciones, sus consensos y sus disensos. 

Quien quiera progreso, que lo gane luchando por mejorar su vida y la de los demás día a día. No hay un camino universal hacia ello, no existe ninguna esencia mistica que nos hace más iguales a medida que vamos sumando cifras a nuestra cuenta del tiempo histórico. Estar en el siglo XXI, o en el XXX, no implica nada sobre lass relaciones de producción, ni la estructura social o la organización política.

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