miércoles, 16 de octubre de 2013

Auto bienvenida

Como últimamente me apetecía escribir parrafadas pero no tenía lugar donde atesorarlas, he decidido hacer un blog y soltarlo todo. Y luego mirar y decir: "será gilipollas". 

El nombre del blog viene de las cosas de las que hablaré: series y libros que lea, que serán esencialmente fantasía, ergo inexistencia. Historia, no puede ser de otra manera si yo estoy hablando. Y política, lo que me pase por la cabeza cuando me ponga a escribir sin un tema en mente. Como socialdemocracia (lo cual, supongo, también vale para inexistencia jeje).

Y me estrenaré, en el estreno propiamente dicho, con una inexistencia que hace mucho tiempo que me lleva mucho tiempo interesando, que he ido conociendo y finalmente cuestionando, hasta por fin leer el magnum opus de Susan Reynolds Fiefs and Vassals: the Medieval Evidence Reinterpreted.

El feudalismo que ha impregnado el corazón del medievalismo y contra el que he declarado una cruzada. En la primera parte de mi par de entradas sobre ello (ya veremos si son dos o tres), explicaré el origen y desarrollo del concepto de feudalismo en sus tres variantes. Después intentaré sintetizar la deconstrucción que Reynolds hace observando la evidencia, desde Italia hasta Inglaterra, en Francia y en el Imperio. 

Es un libro que me ha impactado profundamente como medievalista (aunque no sea practicante) porque responde a las preguntas que llevaba tiempo haciéndome. Siempre que hablaba, o pensaba, sobre ello no podía evitar advertir que el modelo clásico es una ilusión, que no hay un único feudalismo. No es una cuestión baladí, porque nos obliga a hacer un paso académico innecesario. Si no existiera este modelo que nos constriñe cognitivamente, podríamos explorar cómo funcionan las sociedades regionales y locales sin unas gafas previamente tintadas por el feudalismo, el vasallaje y todo el bagaje que llevan con ellos.

El modelo es fácil. Es una muleta para enseñar la Edad Media. Queda muy ordenado y sencillo explicar la sociedad de los tres ordines. Es agradecido explicar mil años aludiendo a un modelo teórico sin tener que entrar en detalles y rebuscar en las fuentes. Incluso siendo algunas cosas contraintuitivas, como la supuesta debilidad y desprotección de los señores sobre sus vasallos y la obediencia y fidelidad de los segundos, o cómo se presupone que la sociedad medieval funciona únicamente a través de vínculos interpersonales; incluso entonces, hace fácil explicar la Edad Media.

Es interesante pensar que la conspiranoia de la mentira histórica, eso de que lo que creemos saber de la historia no sea cierto y nos hayamos construido un castillo de naipes que nada tiene que ver con la realidad... sea cierto. Es muy postmoderno, ciertamente. 

Finalmente: 

2 comentarios:

  1. Me gusta tu planteamiento :D. Espero la siguiente entrega ;). Por cierto, también estaría muy interesante que hablaras del supuesto feudalismo japonés, eso sí que me raya XD.

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    1. Gracias :)

      No conozco más que bastante generalmente el Japón preindustrial, pero mucha gente cuestiona usar la analogía feudal para Japón, incluso entre los que todavía creen en el feudalismo. En esencia, pretender extender las concepciones que configuran el modelo feudal a Japón supone imponerles una serie de nociones que no tienen por qué ser ciertas.

      Más allá... confieso que lo que más conozco es el período Sengoku, y no es más que generalidades. Pero la impresión que tengo es que es una sociedad igualmente más compleja que un modelo feudal que presupone la inexistencia del poder público y las relaciones sociales más allá de los vínculos interpersonales entre señores y sus "vasallos".

      Es perfectamente aplicable, eso sí, el término feudalismo en su sentido materialista (de la historiografía marxista). Pero eso vale para la mayoría de sociedades agrarias: que unas élites poseedoras de la tierra explotada por campesinos con vínculos de dependencia ha sido una constante en la historia, es algo que vale para la Europa prerromana (de celtas a íberos, incluso los griegos preclásicos) y para las sociedades asiáticas. Y, al ser algo tan genérico que puede utilizarse para multitud de sociedades, su utilidad para comprenderlas es limitada. Tampoco se suele utilizar con ese significado, en cualquier caso.

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