miércoles, 30 de octubre de 2013

Deconstruyendo el feudalismo (I)

Hace ya un tiempecillo que no escribo nada, estaba perezoso y tampoco sabía cómo estructurar esto. Al fin y al cabo, se trata de resumir un libro extremadamente denso. Así pues, buscando una forma de comunicar los argumentos de Reynolds, me he decidido por hacer primero un repaso a conceptos de feudalismo y luego, seguramente en una segunda parte, una breve síntesis de las tres o cuatro principales ideas que expone Susan Reynolds sobre la evolución del feudalismo.

  1. Feudo: bastante esencial para el feudalismo, puesto que de aquí proviene el nombre. El modelo de Ganshoff planteaba que existe una jerarquía de feudos que configura las relaciones políticas y jurídicas (y sociales cuando gente como Duby extiende el modelo a una sociedad feudal). Desde el Rey, en la cúspide de la pirámide, con los llamados tenants in chief (no tenemos traducción directa) por debajo, los vasallos de éstos todavía más abajo y en la base los valvasores.
    Si bien a finales de la Edad Media se cofigura una jerarquía de propiedades, ni en los orígenes ni en la considerada era feudal plena (siglos XI-XIII) existe ninguna jerarquía. En primer lugar, porque el rey no tiene la capacidad de estructurar la sociedad de esa forma con su limitada proyección de poder, esto incluso en el Imperio o Inglaterra, los dos reinos más "centralizados" del período. En segundo lugar, porque los feudos eran, simplemente, la forma de propiedad nobiliaria. No hay evidencias, una vez ignoramos el modelo clásico, de que tengan obligaciones especiales como tipo de propiedad.
  2. Vasallaje: el otro pilar del feudalismo. Se da su origen a la solidaridad y lealtad de las bandas guerreras germánicas hacia sus jefes. Se evoluciona en conjunción al feudo como pago a élites guerreras. Se pretende que dé coherencia a la forma de actuar de grandes señores del Medievo. Esencialmente, se trata de la relación interpersonal (no política, jurídica o social) entre señor y tenente de un feudo por él establecida en la ceremonia de la comendación. Obliga al homenaje y la fidelidad siguiendo una serie de obligaciones y derechos recíprocos, prácticamente todos ellos tomados literalmente de una carta de Fulbert de Chartres a Guillermo V de Aquitania.
    Ninguna sociedad se ha estructurado únicamente a través de lazos interpersonales. En ninguna fuente aparecen los deberes y derechos de los feudatarios, no más allá de los que tengan como súbditos y parte de las élites aristocráticas. Todos los súbditos del reino se suponía que juraban fidelidad a los monarcas o sus representantes desde tiempos carolingios. Todos debían obediencia y servicio de armas, si bien el servicio armado dependía del estatus. La carta de Fulbert es perfectamente interpretable como la fidelidad debida hacia el señor o superiores por cualquiera (en algún momento aparece un condicional sobre que haya de por medio una propiedad).
  3. Curia feudal: en el vasallaje aparecía el consilium como obligación del vasallo hacia su señor. Básicamente, era asistir a su corte y darle buen consejo.
    La teoría política medieval es que las personas de mayor importancia de una comunidad representan a toda la comunidad. La corte señorial, o real, son las reuniones de la comunidad que gobierna el señor, o el rey, y donde ésta debe consentir y juzgar según las costumbres y la voluntad. La curia feudalis no es nada originario del feudalismo, es como se relaciona la comunidad con sus gobernantes. Y que los gobernados deben dar buen consejo a sus superiores es un deber, desde luego. Pero va desde los ancianos sabios hasta los grandes magnates sin necesidad de interdependencia feudal.
  4. Primus inter pares: en el modelo feudal se quiso ver al Rey como poco más que un señor feudal levemente más importante que los otros, pero débil e impotente frente al feudalismo que se gobierna a sí mismo como un leviatán autónomo. A menudo, utilizando como base que se le llamara "señor" como a los otros señores. Es curioso, pues hace idiotas a las personas del período: ¿es que una persona no puede diferenciar las connotaciones diferentes según cómo se use? ¿No llamaban acaso Señor a Dios y no lo confundían con un señor feudal?
    Esto es interesante, porque mirando crónicas y evidencia, nos encontramos con que, si bien algunos soberanos son débiles en tanto que su capacidad de proyectar poder directo sobre el reino es limitada, el período medieval pleno tiene muy, muy pocas usurpaciones del trono. Si la realeza careciera de relevancia, poder o respeto, esto sería más frecuente. Más allá, vemos que los reyes guardan una serie de poderes relevantes, como pueden ser la defensa del reino, ser garante de justicia o legislar. Pero también simbólicos: el reino es visto como el arquetipo perfecto de comunidad y el rey como el arquetipo perfecto de gobernante. Cuando se quiere hablar de magnates muy importantes, se les asocia al poder y prestigio de reyes (como a veces se hizo con los duque de Normandía y Aquitania). Cuando los reyes franceses comienzan a proyectar su poder, nadie cuestiona que es su prerrogativa como reyes (aunque se cuestiona si eso vulnera las costumbres y derechos locales).
  5. Feudal aid: supongo que obligaciones feudales serían el término que usaríamos. Eran los pagos a los que los señores tenían derecho, rentas extraordinarias por sucesos concretos (como caballería del primogénito, matrimonio, guerra, etc.). En el modelo feudal, se supone que son los pagos que realizan los vasallos y no la población dependiente o libre pero no parte de la élite.
    Resulta que, si miramos nuevamente las fuentes, podemos adivinar que esto lo paga toda la población, generalmente localizado en algunos lugares (como serían la Champagne o la Picardie). De hecho, cuando los reyes franceses extienden una nueva fiscalidad para su nueva burocracia, a menudo toma la misma forma que las feudal aids. Parecen impuestos extraordinarios que se encargan recaudar a las élites locales como dirigentes de sus comunidades laicas.
  6. Comendación: esencialmente, la ceremonia del homenaje representa el sometimiento del vasallo al señor, al mismo tiempo que estrecha el lazo con las acciones afectuosas del señor hacia el vasallo. El problema no es tanto el de la sumisión como el ritual y lo que comporta.
    En una sociedad oral, el ritual público es evidentemente importante. Por eso interpretarlo como un símbolo de dependencia hacia otro no es problemático. Pero sí lo es pretender que el sometimiento comporta un rito perfectamente codificado y homogéneo. Ritos de sumisión los vemos en muchas situaciones diferentes que no implican la existencia de vínculos feudales, entre señor y tenente. Muy a menudo, en formas variadas, aparecen como rituales que simbolizan la entrada al servicio de alguien, pero, insisto, sin darnos a entender que existe la investidura de una propiedad. De hecho, nos encontramos con campesinos entrando en comendación, algo imposible en la teoría feudal.
  7. Vasallo: son el séquito guerrero germánico que evoluciona al séquito aristocrático armado del Imperio Carolingio. Para el modelo feudal, los vasallos son las élites guerreras de los francos, unidas por la solidaridad guerrera de juramentos a sus señores. Un término que aparece más a menudo en la historiografía que en en las fuentes.
    En primer lugar, el vassi carolingio es un servidor menor de la monarquía carolingia. Aparecen como una especie de protofuncionarios, no son las élites francas. Tras la descomposición carolingia, entra en desuso en el continente, salvo en Italia, donde seguirá siendo frecuente. Su uso es infrecuente hasta el siglo XIII, cuando los juristas académicos lo reintroducirán en su tratamiento de las propiedades nobiliarias, los feudos. Las apariciones que hace antes de eso, da la impresión de significar cosas como "gran guerrero" o "de gran valor". El problema es que las traducciones de textos medievales de antes de 1300 tienden a superponer "vasallo" a lo que los textos dicen genéricamente fidelis u homines. En Inglaterra no se usaba ni se usó por la poca importancia de la tradición latina de su juriprudencia. Es interesante que Mitteis (medievalista alemán de mediados del XX) también planteara que es posible encontrar en la Edad Media central vasallos sin feudo y feudos sin vasallo.
  8. Valvasor: menos conocido, este término se refería al vasallo del vasallo. Un término técnico del modelo feudal que no llegó a captar el imaginario popular como vasallo. Es interesante entender que esta etimología de vassus vassorum es tardía.
    En los textos previos a la jerarquización del sistema de propiedades (a partir del XIII, sobre todo XIV), la palabra denota a hombres de armas, miembros de la élite guerrera, de estatus menor, por debajo de la verdadera aristocracia.

    En fin, esto es sufcientemente extenso y toma las cosas más elementales y esenciales del feudalismo. Con esto, evidentemente, no puedo demostrar nada. Reynolds cita docenas de documentos que ni conozco ni conoceréis. Simplemente quiero exponer el argumento de Reynols. Como resumen, de aquí se puede derivar un elemento que ya comuniqué: imponer modelos teleológicos a los documentos que leemos. Si le damos una finalidad propia a lo que estudiamos, que es hacerlo coherente con el modelo feudal, nos encontramos con que estamos traduciendo textos de manera absurdamente errónea.

lunes, 21 de octubre de 2013

Interludio: Avatar y la leyenda de Wan

Como yo también me aburro del feudalismo, hablaré de alguna otra cosa. Y, casualmente, anteayer vi algo sobre lo que tengo muchas ganas de hablar: el doble episodio de Legend of Korra del viernes.

Mi amor por todo lo relacionado con Avatar (Avatar de verdad, no el injustamente registrado de Cameron) es bien conocido. Que la secuela me encanta tampoco es ninguna novedad, cada semana doy un poco la lata sobre ella. Curiosamente, es un doble episodio que realmente no spoilea nada sobre Korra, excepto un detalle sobre su memoria que tampoco revela qué está pasando, y sirve como excelente punto de partida para, con algo autoconclusivo, introducir las series a alguien que no ha visto nada. Claro que podría dejar el pabellón tan alto que las series decepcionaran :P

Beginnings, como se llama el doble capítulo, trata del primer Avatar. Es algo sobre lo que los showrunners habían querido hacer una serie antes de plantear la secuela. 10.000 años antes de Aang y Korra, humanos y espíritus compartían, si bien con muchas hostilidades, el mundo. Wan es un pícaro pobre de unas de las ciudades humanas...el puñado de ellas, protegidas por poderosas criaturas-espíritus que les dan poderes elementales cuando se aventuran más allá de las ciudades. Será exiliado tras robar el poder del fuego a una de las tortugas-león para alzarse contra la opresión de los dinastas de la ciudad y deberá aprender el camino de los espíritus, el primer humano que lo haga.


Lo primero que destaca es la gran influencia de Miyazaki que, si bien siempre fue evidente en Avatar, aquí es más poderosa que nunca. Incluso aparecen algunos espíritus directamente tomados de sus películas, en un claro homenaje (no es por ser poco creativos, el mismo capítulo demuestra que no lo es). Todo él en sí, desde el diseño de las criaturas hasta la ambientación o la trama.

La animación es algo de otro mundo. Avatar siempre ha sido una serie hermosamente animada. Korra, en concreto, es la serie de animación más bella que hay en antena... más la primera temporada que la segunda (cosas de cambiar de estudios de animación), pero incluso esta segunda está lejos de sus rivales. Y este episodio consigue hacer algo que no creo que se haya visto en televisión. Ninguna imagen que ponga le hará justicia, me parece.

En cuanto a lo narrativo, qué decir. Es apropiadamente mítico. Elementos tan clásicos como héroes picarescos que roban el fuego a los dioses, que abren la vía a una nueva forma de vida, épica y humanidad al mismo tiempo (para mostrar que en Hollywood saben hacerlo, pero no la gente que tienen haciendo acción real :P). Toda una lección de ficción fantástica que toma muchísimo de mitos de orígenes sin ser una burda copia.

Y lo logra construyendo sobre lo poco que sabemos del pasado de Avatar sin contradecirlo. De hecho, lo hacen desarrollando muchos elementos temáticos. También diré que no estoy seguro de si el conflicto entre caos y armonía me convencerá o no, pero, como se han ganado mi confianza con buen hacer de años, habrá que esperar a ver qué hacen con ello (ciertamente es algo bastante propio de la serie).

El final de la historia de Wan es muy agridulce. No llega a la oscuridad del final de la primera temporada, pero para ser una serie infantil es muy agridulce, con un tema muy poderoso y significativo en Avatar: no hay soluciones mágicas, la paz se gana luchando por ella cada día, nada es para siempre... pero siempre hay esperanza.

Avatar sigue siendo una serie única :)

viernes, 18 de octubre de 2013

El feudalismo en la historiografía

El feudalismo es un concepto que ninguna persona del medievo, por muy instruida que fuera, habría comprendido. Feudo, en cambio, era algo muy real. Feudo proviene de una forma de propiedad eclesiástica que, por motivos diversos (entre ellos cierta connotación de dependencia y revocabilidad), se extendió entre la población laica y acabó refiriéndose a la propiedad nobiliaria en general, perdida ya la revocabilidad y otras disposiciones provinientes de las reglas que regían la propiedad eclesiástica cedida a laicos (porque, para empezar, las tierra de la Iglesia eran inalienables y suyas ad aeternum).

A partir de que esto sucede, se desarrollan una serie de prácticas legales que gobiernan las propiedades de la nobleza, los feudos. Muchas cosas se parecerán a lo interpretado como feudalismo, si bien mucho más variadas y complejas que lo que el modelo nos dice, pueden observarse a partir del siglo XIII y, especialmente, en los dos últimos siglos de la Edad Media. Existe una ley de feudos que sobrevivirá más allá.

En el siglo XVI, los legistas franceses se interesan por la ley de feudos, pues sigue vigente para su mundo nobiliario. Pero también por su historia. Descubren el Libri Feudorum, un tratado compilado del siglo XII y comienzos del XIII. Es el primer tratado de derecho académico donde se tratan los feudos, examinando las disposiciones del emperador Conrado II de 1035 donde el emperador ratifica una serie de derechos de valvasores milaneses respecto al arzobispo de Milán. Se trata de un trabajo teórico sobre lo dispuesto, con una influencia limitada sobre la práctica real de la propiedad medieval, a menudo poco más que hacer que los legistas que estudiaron el Libri en la universidad introduzcan la terminología de feudos o vasallos.

Con ellos comienzan a aparecer algunos adjetivos como feudal, aunque ellos mismos reconocerán que no tiene autoridad en Francia, pues, además de ser ellos hostiles a lo medieval (como buenos humanistas post renacentistas), pueden ver que la práctica acostumbrada y tradicional difiere de lo discutido en el Libri Feudorum. Pero su vocabulario, igual que para los legistas medievales, resulta útil para estructurar y dar coherencia a los que observan en las crónicas medievales. Porque, aunque parezca mentira por la insistencia de la historiografía medievalista en usarlos, en el período medieval se usaban una gran variedad de palabras para referirse a las cosas, no todo eran vasallos y feudos.

En él también se incorpora un fragmento de elucubración histórica por parte de los académicos que teorizaban sobre feudos. Sitúan el origen del feudo en el pago por parte de señores de la guerra a sus bandas de guerreros. Primero beneficios a voluntad del señor, luego de por vida hasta que Conrado los hiciera a perpetuidad. Seguramente resulte familiar. Ello se debe a que es la explicación que los historiadores todavía dan cuando se les pregunta o se preguntan por el origen de los feudos y el feudalismo. Las mismas bandas guerreras y su relación con sus líderes, con juramentos y lealtades, también se podían explicar con vasallaje, al menos lo que ellos entendían como tal (que no es lo que comunican las fuentes). Todo cuadraba.

En el XVII, Henry Spelman lo introduce en Inglaterra (1). Ya antes de terminar el siglo, está tan extendido que aparece en los anexos de una ley del Parlamento que elimina lo que luego se conocerá como "feudal tenures" allí. O un editor, compilando el trabajo del abogado Edward Coke, se sorprenderá de que su ignorancia sobre lo feudal y su relación con las propiedades de vieja tradición (antes de las enclosures propiamente dichas).

El siglo XVIII marca el éxito definitivo de lo feudal en el mundo académico. La naciente Historia, cada vez más académica, nacida en esta fascinación por el medievo feudal, no se resiste a la moda. Tanto Montesquieu, en su Espíritu de las leyes, como Adam Smith, en sus etapas de la historia de La riqueza de las naciones, no dudan en calificar a un medievo agrario como feudal. Existe un gobierno feudal, un sistema feudal. Todo lo cual nos lleva a la Revolución Francesa.

Es un momento de agitación política donde el nuevo orden burgués se enfrenta al Ancien Régime, el cual no es más que la pervivencia de los derechos y costumbres feudales para todos los sabios ilustrados franceses. Es entre estos años de la Revolución, que nos saca maravillas como el nunca demostrado derecho de pernada, y Marx que se acuña un nuevo término: feudalismo. Es la culminación de la elaboración de un significante para la Edad Media. Marx, todo hay que decir, tampoco nos dice nada demasiado nuevo sobre ello, usa prácticamente el mismo concepto que Smith, si bien le da el cariz de lucha de clases propio de su teoría de las etapas de la historia.

Es entonces en el XX que se definen los grandes modelos: 1- feudalismo jurídico de Ganshof, donde se trata de relaciones de propiedad y políticas entre señores y vasallos, entre élites guerreras y sus servidores militares.
2- feudalismo marxista, del materialismo histórico que nos dice que se trata de un modelo de producción donde hay unas élites guerreras que poseen la tierra y la explotan a través de clases serviles dependientes que la controlan directamente (a diferencia del modelo esclavista, donde se poseen tanto tierra como mano de obra, o capitalista, donde se controlan los medios de producción y el beneficio proviene de la plusvalía del trabajo del productor).
3- feudalismo global, donde el feudalismo es algo que incluye toda la sociedad, los valores feudales impregnan el tejido social más allá de la élite guerrera. Es el feudalismo de Bloch o Duby.

Pero había esperanza, pues en el mundo académico ocupado por los fieles al feudalismo clásico, había una historiadora que resistía. Elizabeth Brown publica en 1974 The Tyranny of a Construct, donde cuestiona las evidencias sobre el feudalismo y su utilidad para la ciencia histórica y llama a que los medievalistas dejen de utilizarlo. Con poco éxito. Igualmente, Susan Reynolds luego tendrá poco éxito pese a un monumental trabajo sobre ello, que abrió la puerta a reexaminar profundamente el feudalismo. Pero no era fácil ni cómodo.

Es cierto que no se les ha seguido en exceso, aunque hay medievalistas muy vocales intentando revisar lo que conocemos del medievo sin caer en la trampa feudal. Pero son pocos, y ninguno ha trabajado para acabar de derribar los pilares que sostienen el modelo feudal. Al menos, nadie que haya tenido repercusión. He buscado bastante y no hay nuevas monografías ni nuevos trabajos comprensivos sobre feudalismo. Por desgracia, se necesita alguien que verifique las hipótesis de Reynolds, que son muy interesantes. Pero son, también, muy complejas y requieren mucho, mucho trabajo por la magnitud de su trabajo en Fiefs and Vassals.

La siguiente entrada debería ser sobre el argumento de Reynolds. Quizá dedique una tercer a los problemas que tiene su hipótesis, la cual argumenta sólidamente pero tiene lagunas que merecen mención. Y así le quito carga a la entrada explicándolo, porque ésta de hoy es un buen ladrillo.


(1) Henry Spelman (1562-1641) y también ya estudiado por abogados escoceses antes de finalizar el siglo XVI, según Reynolds.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Auto bienvenida

Como últimamente me apetecía escribir parrafadas pero no tenía lugar donde atesorarlas, he decidido hacer un blog y soltarlo todo. Y luego mirar y decir: "será gilipollas". 

El nombre del blog viene de las cosas de las que hablaré: series y libros que lea, que serán esencialmente fantasía, ergo inexistencia. Historia, no puede ser de otra manera si yo estoy hablando. Y política, lo que me pase por la cabeza cuando me ponga a escribir sin un tema en mente. Como socialdemocracia (lo cual, supongo, también vale para inexistencia jeje).

Y me estrenaré, en el estreno propiamente dicho, con una inexistencia que hace mucho tiempo que me lleva mucho tiempo interesando, que he ido conociendo y finalmente cuestionando, hasta por fin leer el magnum opus de Susan Reynolds Fiefs and Vassals: the Medieval Evidence Reinterpreted.

El feudalismo que ha impregnado el corazón del medievalismo y contra el que he declarado una cruzada. En la primera parte de mi par de entradas sobre ello (ya veremos si son dos o tres), explicaré el origen y desarrollo del concepto de feudalismo en sus tres variantes. Después intentaré sintetizar la deconstrucción que Reynolds hace observando la evidencia, desde Italia hasta Inglaterra, en Francia y en el Imperio. 

Es un libro que me ha impactado profundamente como medievalista (aunque no sea practicante) porque responde a las preguntas que llevaba tiempo haciéndome. Siempre que hablaba, o pensaba, sobre ello no podía evitar advertir que el modelo clásico es una ilusión, que no hay un único feudalismo. No es una cuestión baladí, porque nos obliga a hacer un paso académico innecesario. Si no existiera este modelo que nos constriñe cognitivamente, podríamos explorar cómo funcionan las sociedades regionales y locales sin unas gafas previamente tintadas por el feudalismo, el vasallaje y todo el bagaje que llevan con ellos.

El modelo es fácil. Es una muleta para enseñar la Edad Media. Queda muy ordenado y sencillo explicar la sociedad de los tres ordines. Es agradecido explicar mil años aludiendo a un modelo teórico sin tener que entrar en detalles y rebuscar en las fuentes. Incluso siendo algunas cosas contraintuitivas, como la supuesta debilidad y desprotección de los señores sobre sus vasallos y la obediencia y fidelidad de los segundos, o cómo se presupone que la sociedad medieval funciona únicamente a través de vínculos interpersonales; incluso entonces, hace fácil explicar la Edad Media.

Es interesante pensar que la conspiranoia de la mentira histórica, eso de que lo que creemos saber de la historia no sea cierto y nos hayamos construido un castillo de naipes que nada tiene que ver con la realidad... sea cierto. Es muy postmoderno, ciertamente. 

Finalmente: